Convocatoria a taller "Ética y Trabajo Social"
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Compartimos el documento generador de reflexión para la primera sesión. |
La razón íntima,
motivo fundamental para la participación y el compromiso
María del Carmen Mendoza Rangel
Cuatro considerandos a tomar en cuenta.
PRIMERO.- En el mundo de hoy, la
probabilidad mayor es la catástrofe. Y “la
gigantesca crisis planetaria que se vive, -dice Edgar Morán- es la crisis de la
humanidad, que no logra acceder a la humanidad. Y estos tiempos “de
neoliberalismo y globalización -dijo Flores Olea- han desatado por un lado, la
avidez por el enriquecimiento ilimitado e ilegítimo, como si todos los límites
morales se hubieran roto y la ambición estuviera desencadenada”, Hoy, se actúa sin
respeto a ningún tipo de norma jurídica o moral” y el mundo se nos va de las
manos.
SEGUNDO.- “La humanidad siempre ha estado en crisis y
siempre ha encontrado los medios de arreglárselas. Esta afirmación fue
verdadera ayer. Hoy equivale a una mentira.”. Por primera vez en la historia la
humanidad tiene la posibilidad de autodestruirse, completamente, sin ninguna
posibilidad de regreso. Esta autodestrucción potencial de la especie humana
tiene una triple dimensión: material, biológica y espiritual. En la era de la
razón triunfante, lo irracional es más actuante que nunca. -dice un físico
rumano, llamado Nicolescu Basarab-.
TERCERO.-
La exigencia cada vez
mayor de una ciudadana más activa y deseosa por opinar, participar, proponer y
vigilar la vida pública, el ejercicio de gobierno y la vida institucional. La
emergencia de movimientos sociales en las últimas décadas en demanda de
solución a problemáticas específicas en contraposición de la contienda de
fuerzas políticas cada vez más abierta pero cada vez más desfigurada y
corrompida.
CUARTO: La función
sustancial de la acción social, se sustenta en la dimensión de las humanidades,
y es responsable en cierta medida del estudio de la condición humana y su
evolución. Para otras opiniones es el estudio del comportamiento humano, la
condición, el desempeño y hasta sus logros. Pero hoy, muchos más están
planteando, yo me formo en esta fila- que se debe proponer claramente aportar a
la construcción de lo humano.
“Esta triple autodestrucción producto de una
tecnociencia ciega, que obedece sólo a la implacable lógica de la eficacia por
la eficacia misma. Sin embargo, paradójicamente todo está listo para nuestra
autodestrucción, pero a la vez todo está también en su lugar para una mutación
positiva, comparable a las grandes vueltas de la Historia.
El desafío de autodestrucción tiene su
contrapartida de esperanza, de autonacimiento. El desafío planetario de la
muerte tiene su contrapartida en una conciencia visionaria, transpersonal y
planetaria, que se nutre del crecimiento fabuloso del saber. No sabemos de qué
lado va a inclinarse la balanza. Por eso hay que actuar rápidamente, ahora.
Mañana será demasiado tarde (Basarab, págs. 5 y 6).
Entonces ante tal
situación no hay otra salida que participar y comprometerse a reconstruir y
recrear la realidad
!!Pero hay, la participación ¡¡
TRES AUTORES TRES PREMISAS
La premisa epistemológica del materialismo dialéctico que sustenta la
participación nos dice que “el sujeto es un ser con necesidades, que mediante
una actividad, se acerca a la realidad en busca de satisfacer su necesidad, y que
al transformar esta realidad en objetos útiles, satisfactores de su necesidad,
se transforma a sí mismo como sujeto”.
Paulo Freire, Educador Brasileño, en sus pedagogías, de la libertad, de
la autonomía y de la esperanza, define al ser humano como “un ser inacabado y
consciente de su incompletud”. “Y es esta conciencia -dijo- la que nos hace
sabernos seres ilimitados y nos conmina a la acción permanente”.
El hombre, dice Lluís Xirinacs,
(1975) “es un ser movilizable, no sólo desde afuera, ya sea por el amor, por la fuerza bruta o por el miedo;
sino que, también desde el interior de él mismo. Y esta movilidad es
profundamente más valiosa porque se realiza a través de una ofrenda personal a
las tareas urgentes y no como un acto gratuito de simple generosidad, sino
empujado por un interés colectivo”
Así las mujeres y los hombres al ser parte de un proyecto común, ponen
en juego actitudes solidarias y de cooperación, recrean su sentido de
pertenencia, para garantizar la permanencia y la resistencia ante aquello
externo, que les significa un riesgo para la continuidad de la vida. Es desde
ahí, que el ser humano se compromete con su comunidad, su realidad y su
historia.
·
Una necesidad intrínseca
biológica
·
Una necesidad intelectual: la
conciencia de incompletud
·
Una necesidad espiritual: el
sentido gregario
Empezar por nosotros mismos
repensando nuestra existencia
Asumir una actitud transdisciplinaria. Y actitud
quiere decir aptitud de conservar una postura. Y lo contrario de la postura, es
la impostura. En la teoría transdisciplinaria, la actitud es la capacidad
individual o social de guardar una orientación constante, inmutable, cualquiera
sea la complejidad de una situación y los avatares de la vida. Guardar una
orientación constante garantiza una efectividad creciente de nuestra acción en
el mundo y en la vida colectiva (Basabarab, Pág.70)
Podríamos entonces pensar en algunas estrategias
para contribuir a la construcción de otra realidad
Considerar una realidad multidimensional,
estructurada a varios niveles, que reemplaza la realidad unidimensional, a un
solo nivel, del pensamiento clásico. Es hasta ahora más recientemente que hemos
procurado transitar en el conocimiento de la realidad, entendiendo la
complejidad de esta y sus múltiples determinaciones.
Reconocer los diversos posicionamientos que las
y los trabajadores sociales hemos asumido: Unos ubicados en la cuestión social,
otros más en el conocimiento especializado de una determinada problemática y
otros en el conocimiento de la subjetividad, las representaciones de los sujetos
y los imaginarios colectivos.
Asumirlos como ángulos de atravesamientos
necesarios para el Trabajo Social los cuales habría que revisar, dialogar
analizar para abrir la posibilidad de construir conocimiento desde estas diversas
dimensiones para acercarnos a la posibilidad de construir una unidad del
conjunto de los niveles de acercamiento a la realidad por los que se optan.
El sujeto que observa y que construye una
posible unidad entre los diferentes niveles o dimensiones de la realidad, no
puede ser otro que un sujeto colectivo. Un sujeto que no se encierre en el
mundo unidimensionado por una sola mirada, es decir por el conocimiento
especializado. Un sujeto abierto y potenciado en colectivo.
Estando de acuerdo, en que la prioridad en los
procesos sociales es la voluntad de los sujetos para conocer su realidad y
conocerse a sí mismos, para posicionarse en esta y decidirse a transformarla, yo desde mi punto de vista colocaría la
naturaleza subjetiva como la posibilidad de construir la unidad del conocimiento.
Y además conocimiento verdadero es sólo el que logra trasformar la realidad.
La razón es el instrumento privilegiado en la
construcción del conocimiento. En este sentido como profesión tenemos que
superar el conjunto de certezas sensibles que tanto nos recrean y nos
satisfacen, pero que apenas se quedan como conocimiento descriptivo. Tenemos
que dar el salto al razonamiento y a la comprensión estructural y a la
escritura, porque sólo así podremos concursar en la producción literaria, abrir
los caminos hacia la perspectiva conceptual.
En este sentido, creo que el Trabajo Social:
Transdisciplinar, tiene toda la posibilidad de hecho, pero no nos hemos dado el
derecho y la oportunidad para su construcción.
Algunas
estrategias para actuar en la realidad
·
Creer en nosotros
mismos, como trabajadoras y trabajadores sociales y creer en el Trabajo Social.
·
No perder tanto
tiempo en apagar “fueguitos” resultados del curso equivocado al que nos lleva
el modelo económico, neoliberal, depredador, concentrador de la riqueza,
desigual y perverso
·
No dejarnos llevar
por los embates del conocimiento aceptado y validado por el paradigma del
mercado (lo certificado, lo medible, lo socialmente aceptado entre otros)
·
Trabajar con
miradas desde abajo hacia arriba y desde adentro hacia afuera para cubrir el
trayecto que nos haga ascender del pensamiento simple al pensamiento complejo.
·
Hermanarnos en una
colectividad científica con las ciencias sociales
·
Revelarnos a las
rutinas burocratizadas, a las funciones asignadas sin discusión, a la
alienación autodestructiva
·
Asumir la
posibilidad que tenemos de construir humanidad, a través de reconstruirnos a
nosotros mismos y de contribuir a la construcción de nuevos sujetos con sentido
histórico
Cierro con una anécdota,
una reflexión y un grito convocante
En 1991 alguien le preguntó a un periodista, en
el contexto de la guerra del Golfo Pérsico de 199, ¿Qué libro de guerra ha leído usted que lo
haya impresionado y qué reflexión le provocó?
Y dijo palabras más palabras menos: Cuando era
un niño leí el libro de “Historia de la Humanidad Occidental” y me impresionó y me hizo
meditar, que la historia de la humanidad se relataba como una historia de
guerras, piratería, conquistas a sangre y fuego, destrucción y esclavitud.
Pero, lo que más me impresionó -dijo-, fue ver que desde esa historia de la
humanidad occidental se extrapolaban los orígenes de lo humano, como si la
guerra fuese consubstancial a nuestro ser. Yo nunca creí mucho eso. No lo creí
porque también podía ver en mi entorno algo diferente:
·
junto al abuso, la
generosidad;
·
junto a la
agresión, el respeto;
·
junto a la vileza,
la dignidad.
“Al preguntarme en el curso de los años, por el
origen de lo humano, por su biología, y por el fundamento de su ser. Descubrí
que el surgimiento de lo humano se produce con el origen del lenguaje, y que el
origen del lenguaje requiere de la convivencia social y que la emoción que
funda lo social es el amor”.
“También descubrí que la guerra, la piratería,
el control del otro, como modos de vida, no son características de lo humano,
sino que al contrario, son enajenaciones de lo humano, propias de la cultura
patriarcal en la que el bien es la autoridad y la obediencia, la defensa de lo
propio, la competencia, la fertilidad vista como procreación sin límites, y el
control del mundo como natural.”
¿Pero
nosotros somos dos México?
Si, somos dos Méxicos en uno, pero entonces, los
dos habría que mostrarlos, escribirlos, sonorizarlos, dramatizarlos y danzarlos
para ver si así nos despojamos como nación de lo que nos afecta, de lo que nos
mata, para ver si así sobrevivimos y renacemos. Aceptando un nuevo punto de
partida con la participación de todas y de todos:
·
Un punto de
partida
·
No desde el
sometimiento y la dominación,
·
No desde la razón
de la fuerza o de las armas
·
No desde la
defensa de los intereses,
·
Sino desde la
cordura en la aceptación de un deseo de convivencia y civilidad.
Esa otra
realidad subjetiva, cultural y humana, que si la tocamos y la fortalecemos,
hace que los sujetos se coloquen en el escenario para ser protagonistas en los
procesos sociales.
Pero es necesario tocar fondo para encontrar la
luz que mueve a los seres humanos, para que no ser arrasados por los procesos
de globalización, que tiende a homogeneizar la sociedad y convertirnos a todos
en consumidores fieles, haciendo a un lado las identidades particulares, la cultura y los valores.
Es necesario entonces, que aprendamos a mirar,
ver observar, oír, escuchar con detenimiento, los sonidos, los gestos, las
huellas y los movimientos; las palabras y los silencios, las valoraciones y
reprobaciones, para descubrir las necesidades los deseos y las expectativas,
que se plasman en los relatos y en las historia de vida. En los cantos, en los
versos y en las coplas.
Es necesario que hagamos esfuerzos rigurosos de
registrar e interpretar, para que tengamos la posibilidad de encontrar las necesidades,
los deseos y los sueños y desde ahí diseñar y potenciar los procesos sociales en los que se involucren
los sujetos por decisión propia.
Y aunque es hora de aullar como dice Galeano,
también hay que convocarnos a salir del
abismo. Gritar como ese “Grito Popular dado en una Escuela de Formación
Popular, en Morelia Michoacán la noche del 15 de septiembre pasado donde
dijeron
“Nos convocamos a realizar en libertad y gozo
las acciones que nos hacen humanos, a estar alegres en el acto de pensar, de planear,
de realizar el trabajo útil para la comunidad y para la vida misma”.
El pensamiento ciego nos conduce a la catástrofe, mientras que la
inteligencia consciente nos reúne en el seno de la 'tierra patria' (...)
Edgar Morin.
Les clés du XXI' sigle p. 275
Referencias
Basarab Nicolescu, “La Transdisciplinariedad:
Manifiesto”. Traducción Norma Núñez-Dentin Gérard DentinHttp: //www.Ceuarkos.Com/Manifiesto.Pdf Consultado En 4 De Octubre Del 2013
Edgar Morin: La
Vía para el Futuro de la Humanidad. Breve presentación del libro en español
Dr. Pascal Galvani
y Dra. Ana Cecilia Espinosa
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